Apoyar la biodiversidad, mejorar la vida del suelo y la huella de carbono de nuestros alimentos mediante la diversificación de cultivos en el campo para la alimentación de nuestros animales y reducir las emisiones de metano del ganado.
Ofrecer alimentos de alta calidad y respetuosos con el planeta
El calentamiento global, la pérdida de biodiversidad, la contaminación del suelo y del aire, etc. No hay un día sin que nos recuerden que nuestro planeta está sufriendo y que se está volviendo más que urgente reaccionar.
Se acostumbra señalar a la agricultura como responsable de muchas de las enfermedades de nuestro planeta. Sin embargo, debemos recordar que no existe una sola buena agricultura sino VARIAS y que la realidad está lejos de ser solo blanco y negro…
También debemos reconocer que combinar nutrición y el medio ambiente, ¡es posible con Corazón-Azul-Blanco!
Nuestros hallazgos
¡En Corazón-Azul-Blanco, cultivamos la diversidad desde el campo hasta la mesa!
Una mayor diversidad en nuestros campos, para suelos más ricos, sanos y vivos, menos monocultivos, menos pesticidas y más biodiversidad en la alimentación de nuestros animales que mejoran su huella de gases de efecto invernadero por el bien de nuestro planeta. Corazón-Azul-Blanco realiza análisis del ciclo de vida (ACV) de sus productos en colaboración con instituciones públicas de investigación y organismos reconocidos internacionalmente por su experiencia, tales como la ADEME (Agencia Pública Francesa para el Medio Ambiente y la Gestión de la Energía) y el INRAE (Instituto Nacional Francés de Investigación para la Agricultura, la Alimentación y el Medio Ambiente).
Además, también implementamos progresivamente un objetivo de máxima huella de carbono en los piensos a quienes se vinculan como parte de la producción Corazón-Azul-Blanco.
Parece que los impactos de algunos “productos” en la etapa agrícola se reducen significativamente en los criterios de cambio climático (impacto de CO2) y también aparecen impactos positivos en otros parámetros (eutrofización…).
Además, para el sector ganadero específicamente (lácteos y cárnicos), el modelo Corazón-Azul-Blanco conduce a una forma natural de mitigar las emisiones de metano del ganado. Durante más de diez años hemos estado apoyando a un gran número de agricultores para medir y monitorear sus emisiones de metano gracias a una metodología propia. Los resultados demostraron que los agricultores pueden reducir sus emisiones de metano hasta en un 12% (dependiendo del contexto de alimentación). Este enfoque ha sido el primer método ampliamente reconocido oficialmente por su interés ambiental por las Naciones Unidas a través de la CMNUCC (Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático) en 2012.
Nuestros compromisos
Corazón-Azul-Blanco y sus miembros se comprometen a:
- Recuperar la biodiversidad en los campos: pastos, alfalfa, lino, lupino o altramuz…
- Reducir la huella de carbono de los productos terminados (carne, lácteos, huevos, etc.).
- Medir su impacto ecológico gracias a los análisis de ciclo de vida.
- Trabajar para limitar el uso de aceite de palma en la alimentación de los animales.
- Trabajar fuertemente para integrar las fuentes locales de proteínas como alternativa a los cultivos importados, como la soya.