Promover una alimentación más diversificada y natural que potencie la inmunidad de los animales, contribuyendo a su bienestar.
Salud animal gracias a una dieta mejorada
Preocupados por las consecuencias de la dieta de los animales en su salud, los productores o agricultores de Corazón-Azul-Blanco se comprometen a alimentar a sus animales con una dieta tradicional, diversificada y equilibrada, que incluya cereales y semillas naturalmente ricas en Omega-3:
¡un motor para mejorar la salud animal!
Nuestros hallazgos
Hoy en día, la mayoría de los animales reproductores se alimentan con una diversificación muy baja de alimentos.
Maíz-trigo-soya es el tríptico ganador que hallamos principalmente en la alimentación de los animales.
El monocultivo y las importaciones que compiten con los cultivos locales y sobre todo con el “buen sentido común del agricultor”, aquel aplicado por nuestros abuelos, ¡No importa! ¡Y mucho menos importa la salud de nuestros animales!
En Corazón-Azul-Blanco pensamos que es posible volver a prácticas virtuosas adaptadas a la agricultura actual. Diversificar y equilibrar la dieta de los animales con más plantas y vegetación, leguminosas, semillas olvidadas y ricas en elementos nutricionales, y así garantizar una mejor salud preservando la de los consumidores y el respeto de nuestro planeta.
Nuestros compromisos
Corazón-Azul-Blanco y sus miembros se comprometen a:
- Diversificar la alimentación de los animales reproductores integrando semillas tradicionales procedentes de cultivos ricos en intereses nutricionales (con una buena relación Omega 6/ Omega 3, antioxidantes, vitaminas, oligoelementos…) como pasto, linaza, alfalfa, lupino o altramuz, arvejas, habas…); mediante estos productos aumentar el bienestar, la resistencia a las infecciones e inmunidad natural.
- Respetar las demás normas de bienestar animal.
- Limitar el uso de aceite de palma.
- Trabajar en un plan progresivo para limitar el uso de cultivos importados, con un enfoque principal en la soya importada, en las raciones animales; para favorecer la diversidad y el uso de proteínas locales en los piensos (cuyos cultivos también contribuyen a la buena diversidad y salud de los suelos locales).
- Prohibir todos los aditivos exógenos resultantes de la química sintética.
- Restringir el uso de antibióticos en la cría de animales realmente enfermos.